miércoles, 2 de abril de 2014

ALGO EN COMÚN (Capítulo 1: Invitación)

Era un miércoles soleado del mes de julio. Los chicos estaban saliendo de la escuela.
Alejandro se fue a su casa caminando, con Axel, su gran amigo. 
Apenas llegaron, preparó unos bifes de cerdo y papas fritas. Sacó una botella de agua fría de la heladera, y le agregó un sobre de un jugo de naranja. Se sentaron a almorzar, mientras miraban tele.
        ¡Está bueno, che! Yo no sé hacer nada. Cuando mi vieja no está, pido algo, llamo a un delivery.
        Si yo hago eso, termino con mil kilos, porque me las tengo que arreglar solo.
Alejandro no sólo sabía cocinar, sino que había aprendido a manejarse sin la ayuda de adultos, desde muy chico.
Era hijo único. Sus padres no estaban en todo el día y sus abuelos habían muerto.
Hacía las compras, limpiaba la casa, se ocupaba de su ropa. Y, como si fuera poco, era el mejor alumno de su curso, desde primer grado.
Tenía catorce años, pero siempre que tenía oportunidad, mentía diciendo que estaba por cumplir diecisiete. Casi siempre le creían.

Cuando terminaron de comer, Alejandro se fue a bañar.
Axel se sentó frente a la computadora y entró en su Facebook  Ahí encontró una invitación para un evento que sería el viernes: “¡Alta fiesta en lo del Eze!”.
Hizo un clik sobre el botón de “Asistiré”.
        ¡Ché, loco! Joda en lo de Ezequiel. ¿Sabías? – gritó.
        ¿Eh? No te entiendo nada. Bancame que ya salgo.
Axel miró la lista de invitados. Estaba Agustina. Ella era amiga de Luisina, la hermana melliza de Ezequiel.
Alejandro salió en boxer, secándose el pelo.
Axel le contó todo, con entusiasmo.
        ¿Y qué onda con Agus? – preguntó Axel.
        Nada, hablamos pavadas por Whatsapp.
        ¿Y no la viste más?
        No. En una fiesta de Luisina hablamos. Hace diez días maso…
        Pero… ¿te gusta?
        Obvio – respondió Alejandro.
        ¡Qué bueno, amigo! Se te va a dar esta semana.
Un llamado al celular de Axel, interrumpió la charla.
        ¡Mi vieja! ¡Qué pesada!
        ¿Te vas?
        Sí, viene en 5 a buscarme.
Axel juntó sus cosas y se fue, protestando contra su madre.
Alejandro cerró la cuenta de Facebook de Axel y abrió la suya.
Lo primero que hizo fue buscar la invitación al evento. Pero… ¡no estaba!
        ¡Qué basura! ¡Otra vez lo mismo! ¡Me dejó afuera! – dijo, mirando la pantalla y golpeando fuerte el escritorio, con sus puños.
Alejandro era muy buen compañero. Ayudaba a todo el que necesitara de alguna explicación de materias complicadas como matemática o físico-química. Siempre estaba dispuesto. Y se acordaban de él cuando podían usarlo, pero no para compartir alguna reunión. ¡No era justo!
Tenía mucha bronca. Algo tenía que hacer, para luchar contra la discriminación. ¿Y por qué lo hacían? Porque él era diferente: inteligente, maduro, independiente
Se sirvió un vaso de gaseosa bien fría, volvió a su escritorio, se sentó, cerró los ojos unos minutos y una idea vino a su cabeza: crear un grupo de Facebook.
Este grupo es para todos los chicos y chicas hartos de que nos traten por tarados, por ser diferentes.
Si a vos también te pasa, unite al grupo


Gordos, flacos; negros, blancos; altos, petisos; pobres, ricos; lindos, feos. Todos pueden llegar a sentirse discriminados. El dolor que se siente sólo puede ser comprendido por alguien que está sufriendo por el mismo motivo.