miércoles, 7 de enero de 2015

UNA MUJER VALIENTE

¿Julieta o Lucía? ¡Qué importa! Ella es ella. Una mujer única, hermosa, plena, valiente. Un ejemplo a seguir.
Todo el cielo en sus ojos, toda la pasión en sus labios, toda la claridad en su voz.
Un aura luminosa la cubre. Ella es transparente, por donde se la mire, y lo fue aún cuando tuvo que ocultar su identidad, aún cuando tuvo que huir.
Hasta sus treinta y cinco años fue Julieta, el nombre elegido por sus padres. Luego fue Lucía, tal vez por la luz que irradiaba, a pesar de vivir en plena oscuridad.
Había amado a ese  hombre durante muchos años. El mismo que intentó matarla. El mismo que borró el nombre de Julieta de todos los seres que la acompañaron hasta el día que cambió su vida. Todos los seres que la lloraron, creyendo que ya no formaba parte de este mundo.
Un grupo de personas desconocidas le regalaron una oportunidad y un nuevo nombre al que pudo adaptarse sin inconvenientes. Su título de docente le sirvió para volver a trabajar en lo que más le gustaba, pero con niños y adolescentes totalmente distintos a los de la gran ciudad que la había visto nacer. Niños y adolescentes que le devolvieron las ganas de soñar.
Cinco años pasaron. Cinco años la cambiaron. Cinco años la embellecieron, la rejuvenecieron, la despertaron.
Y pudo volver. Y pudo creer. Y pudo crecer. Y pudo amar.
La muerte de aquel ser despreciable le dio paso al regreso, tan esperado.
Volvió a su lugar, sin perder contacto con cada una de las personas que la habían acompañado allá, lejos, en una escuela de frontera.
Libertad, paz, amor, plenitud, fe, esperanza, en una bella mujer con una doble identidad y una única alma, pura, sensible y generosa.


lunes, 5 de enero de 2015

Entregando el libro BROTES, escrito por el grupo del que formo parte, LAS NADA QUE VER y dos cuentos propios.
Recibiendo mi diploma por el concurso VIAJEROS AL TREN, en el que obtuve el primer premio en popularidad con mi cuento BOLETO DE TREN ENVUELTO EN UNA SERVILLETA.